El nuevo Espai d’Art se estrena el viernes 25 de agosto y muestra cómo se gestó el plano toponímico de la Serra Gelada
El nuevo Espai d’Art ‘La Casilla’ en Benidorm se estrena, en la calle Emilio Ortuño 25, el viernes, 25 de agosto, a las 19:30 horas con una muestra de cómo se generó el plano toponímico de la ‘Serra Gelada i les Penyes de l’Albir’. El proyecto ha sido impulsado por la Comisión Hidrográfica de la Taula del Bon Profit y el Ayuntamiento de Benidorm. Es el resultado de la rehabilitación de la antigua casilla de peones camineros que el Estado cedió al Ayuntamiento de Benidorm.
La muestra se conforma, entre otras piezas, por una colección de 40 planos geológicos, científicos y de carreteras de Benidorm y de la Serra. Prácticamente todos son originales y están datados, el más antiguo, en 1660.
Otros de los elementos que se exhiben son cartas naúticas, portolanos y grabados; un derrotero de 1760 de Vicente Tofino San Miguel en el que aparece Benidorm; y una máquina para hacer el perfil sísmico oceánico de la Universidad de Alicante.
La muestra está coordinada por Jaume Fuster, autor del plano junto al lingüista Francesc Xavier Llorca Ibi y al dibujante Francesc Aracil, y exhibe gran parte de la documentación que a lo largo de cinco años se fue recopilando para alumbrar el proyecto.
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Desde la concejalía de Patrimonio Histórico y Cultural, ven esta exposición como una oportunidad única para difundir y preservar la cartografía e historia de una ciudad turística, patrimonial y ambiental, como es Benidorm y la Serra Gelada.
Qué son los planos toponímicos, como el del nuevo Espai d’Art ‘La Casilla’, de Benidorm
El plano toponímico de Benidorm que se presenta en el nuevo Espai d’Art, ‘La Casilla’, tiene como objetivo mostrar todos los elementos que se representan en un plano topográfico incluyendo, además, la toponimia, el callejero, los servicios, instalaciones y elementos urbanos de interés público.
Es decir, es un mapa que busca mostrar la ciudad en diferentes etapas y siglos, además de buscar el significado de los nombres que se han puesto a los lugares y el porqué se construyeron.
Para ello, es necesario recopilar datos de planos antiguos y situarlos sobre el plano actual, de esta forma los investigadores e historiadores encuentran la respuesta a muchos de los elementos históricos que hay en la ciudad. También es una forma de descubrir de dónde vienen las tradiciones o el porqué la ciudad está construida de cierta manera.