Con el otoño, llega el cambio de hora de cara al invierno: durante la noche del sábado 26 al domingo 27 de octubre, a las 3 a.m. serán las 2 a.m.
El otoño llegó el pasado domingo 22 de septiembre y, aunque todavía las temperaturas son cálidas, sobre todo en Benidorm, ya se anuncia una bajada en los termómetros: el adiós al verano ya es una realidad y pronto lo será más cuando veamos llegar el invierno de 2024 – 2025, con el cambio de hora.
Con la vuelta a las manecillas del reloj, daremos la bienvenida al invierno de 2024 a 2025. Pero aún quedan dos semanas para eso: será en la madrugada del próximo domingo 27 de octubre cuando se atrasará una hora el reloj y a las 3 a.m. volverán a ser las 2 a.m. Cambia la hora y se nos ‘regala’ una de sueño, pero entramos en el horario de invierno: las tardes acabarán antes ya que anochecerá más pronto.
El objetivo de este movimiento en el reloj es el ahorro de energía. Por la mañana se aprovecha más la luz natural, aunque se pierda algo por la tarde. Este cambio de hora en 2024 sigue siendo obligatorio para todos los países miembros de la Unión Europea.
El debate sobre la eliminación del cambio de hora en invierno y en verano, sigue en el aire todavía en 2024
La medida comenzó a aplicarse durante la Primera Guerra Mundial. Desde 1984 todos los países de la UE tienen unificados los días para realizar ese cambio de hora, según establece la directiva comunitaria 2000/84/CE. El último domingo de marzo se adelanta una hora y el último domingo de octubre, se atrasa.
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Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el ahorro producido por el cambio horario puede suponer en España un 5% del consumo eléctrico en iluminación. Pero también hay expertos que afirman que este cambio horario puede afectar, al menos durante un par de días, al reloj biológico.
Por su parte, la Comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo ha emitido informes que sugieren ahorros marginales y, en algunos casos, ninguna mejora en el consumo energético. En el siglo XXI, nuestras vidas han experimentado transformaciones radicales en términos de trabajo y rutinas diarias, como la llegada del teletrabajo. Por eso, se vuelve a plantear con más fuerza que antes la pregunta: ¿se ajusta el cambio de hora a nuestro estilo de vida actual?
Y precisamente ese debate llegó en 2018 a Bruselas, que se plantea eliminar definitivamente este cambio en las agujas del reloj. Tras una encuesta, el 84% de los europeos se mostró a favor de mantener un horario fijo durante todo el año. Sin embargo, aunque la Comisión Europea intentó que el último cambio fuera en 2019, el debate continúa abierto.
El comité de expertos español decidió en marzo de 2019 que España mantendría su actual huso horario y el cambio de hora en las estaciones de verano y de invierno. Al menos de momento. Así, el Ministerio de la Presidencia estableció el inicio y el final del horario de verano e invierno desde 2022 hasta 2026.
Cuando se retome el debate, los Estados Miembros deberán informar de en qué huso horario quieren permanecer, si en el de verano o el de invierno. Si eligen el primero, la última vez que cambiarán su hora será en marzo; si optan por el segundo, las manecillas se atrasarán por última vez en octubre.
Nuestro país está desde la II Guerra Mundial en la Hora Central Europea (Alemania), en vez de la Occidental (Gran Bretaña, Portugal, Canarias…). En un principio debía ser algo temporal, pero no volvimos ya al huso horario del meridiano de Greenwich (GMT en invierno), que nos corresponde. Y tampoco atrasaron la hora extra Francia, Bélgica ni Países Bajos.
Efectos en la salud del cambio de hora, tanto de invierno como de verano
Según informa la empresa de productos naturales Aquilea Sueño, el cambio de hora podría afectar a algunas personas con más sensibilidad. El ritmo fisiológico del organismo humano depende, en parte, de variables ambientales como la luz o la temperatura.
Existen sensores en nuestro cuerpo como la melatonina. Se trata de una hormona que regula el reloj biológico e informa del ritmo seguido a lo largo del día. Cuando se producen cambios que rompen ese ritmo llegan los efectos adversos, en función de la sensibilidad de cada persona.
Los síntomas son alteraciones en el sueño y en el estado de ánimo. También hay modificaciones en los hábitos alimentarios (los mismos que cuando se padece jet lag). En casos extremos pueden observarse casos de personas que tardan semanas en adaptarse al cambio.
Los cambios de horarios y el sueño
Los sectores de la población más afectados por los cambios de horario son los niños y las personas mayores. Es porque tienen unos horarios más establecidos en cuanto a rutina diaria. Pero el sueño también juega un papel importante.
Así, este cambio de horario de 2022 -en especial cuando se avanza la hora- puede dificultar a los niños el momento de levantarse para ir al colegio. Por contra, las personas mayores pueden sufrir más dificultades para conciliar el sueño al alterarse la hora de irse a dormir y la de despertarse.